Mark Twain

Cuando amanece un día y la vida te ha cambiado radicalmente, te encuentras perdida y no sabes qué hacer ni para dónde tirar. Solo pides encontrar a alguien que tenga conocimientos, sabiduría, inquietudes, ideas, humildad… En resumidas cuentas, que se interese por tu caso, que te dedique tiempo sin mirar el reloj, estudie tus síntomas y que con lenguaje llano te explique el por qué y el cómo de tu enfermedad, es decir, que en pocas palabras te la haga entender y así sentirte protegido y cuidado (a salvo).

Bueno, pues mi familia, y en especial mi hijo, la encontró. Se llama Cristina Ramo Tello y yo la llamo VIDA.

Juana, madre de paciente